Nos despedimos de la patria, de la sensación del ser, de una mujer y una promesa en el vientre que la incertidumbre y el pecado de un amor no dejan nacer.
Kundera crea esa magia provincial que reniega de la ciudad, de la política y la intervención estatal, decorando un escenario que se vale de esos mismos elementos para escapar del pasado y de la muerte estática entre mujeres gordinflonas y perros sin correa.
La despedida es una lección aprendida en ese inter del anuncio de la lejanía y la huida ya emprendida, un amor basado en el miedo, un no nato que es promesa bien creída, y en el gusto por ser dueño de nuestra propia vida.
Nos queda sólo un halo azuloso como despedida y una sonrisa que se confunde con una línea fronteriza.
Goyette
Kundera crea esa magia provincial que reniega de la ciudad, de la política y la intervención estatal, decorando un escenario que se vale de esos mismos elementos para escapar del pasado y de la muerte estática entre mujeres gordinflonas y perros sin correa.
La despedida es una lección aprendida en ese inter del anuncio de la lejanía y la huida ya emprendida, un amor basado en el miedo, un no nato que es promesa bien creída, y en el gusto por ser dueño de nuestra propia vida.
Nos queda sólo un halo azuloso como despedida y una sonrisa que se confunde con una línea fronteriza.
Goyette