19 de marzo de 2008

Mont

Debo tener cierta fijación con los “Mont” -Mont Royal, Montmartre, Paola Monti- tal vez se deba a que la tierra donde nací carece de montes, es llana, de ahí su nombre, ya sea en vasco o en otomí la estepa que antes era fresca y provechosa, ahora resulta calurosa y tediosa.


Me quedo con el recuerdo de aquellas elevaciones.



Nota: La lengua francesa es la característica especial en mis “Mont”.

13 de marzo de 2008

Me declaro adicto



A las sábanas,
las caricias,
cinco minutos más,
a la ternura,
al cigarro
mexicano
y el cubano,
al ceviche,
a la cerveza,
el viento,
los museos,
y el folk.


La sobremesa,
al limón,
la confianza,
tinta en los dedos,
un te quiero,
el ron antillano,
el chorizo verde,
un poema,
el cabello largo,
la lágrima sentida,
los medicamentos,
el cilantro,
el orégano,
el Corán,
los mantras,
el ayer.


La raza cósmica,
el dulce de leche,
libros,
el metro,
unos centavos,
el sindicalismo,
a los faroles,
la mostaza,
Víctor jara,
mis dedos.


Las bancas,
los perros,
los viajes,
el descanso,
la sombra,
el cariño,
el che,
la esperanza.


Un beso,
el náhuatl,
reír,
beber,
el rocío,
el teatro,
orinar,
las aceitunas,
el picante,
gemir.


El queso,
soñar,
el pan,
leer,
amar,
inventar,
esperar,
lamer,
y la sal.


Goyette Dos Gallos

Inspirado por la apología de
Paola Monti

12 de marzo de 2008

Frases urbanas

Sr. se me antojan todas las letras de su tablero.
A un escritor de Camboya.


Necesito más orégano, no para fumar.

A un legislador del Distrito Federal.


Puede sentarse, veo que tiene llagas en los pies.
A un indio mazahua en una muebleria.


Quiero que me abraces, soy tu sentimiento.
A una nómada de hombres.


Lo siento, ya no puede fumar en el bar.
A un cliente de dedos amarillos.


Pero me lo cuidas, eh.

A un viene-viene.


Goyette Dos Gallos

8 de marzo de 2008

Otra rosa enflorece

Me siento con ganas de escribir, de pintarme las manos de colores, de tragarme sin vacilaciones las nubes e impregnarme de olores.

Siento calor en los brazos, furia de hermanos.

De regalar ensoñaciones, de vivir a ritmo de tambores.

De subir de nuevo esos senderos, barriendo sus hojas a los alrededores.

Te quiero besar aquí y en todos los corredores.