10 de septiembre de 2008

De la patria y otros errores


De la patria algunos blasones, tequila o aguardiente y como fondo algunas canciones, una historia sin ocupar, un lugar que se ha pretendido ganar, una raza cósmica que lo que ha hecho es llorar, y la tristeza de una nación que no ha de cuajar.

No existe eso de la nación mexicana como tal, la realidad es que somos mexicanos por un pacto federal, eso de la patria es tan ilusorio, como una supuesta superioridad basada en la herencia indígena, una falacia que ha perdurado por el sentimiento de culpa, ambición, entierro de una posible y bien concebida mexicanidad y las nefastas intenciones globoterroríficas de los sajones americanos.

No es posible una nación, con la identidad desperdigada, con ciudadanos mancillados en mal contado pasado, pensando que su madre fue ultrajada, siendo ellos producto de lo ya consumado.

La mexicanidad es muy joven aún, una identidad que no se conoce, y peor es que no reconoce la mitad de su esencia, siendo así que su pena cabe en un grito bárbaro cada septiembre, escupiéndose el alma al hondear una bandera de la cual se cree es la más hermosa sobre la tierra, mientras reniega de la patria primera.

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