Serás en mí la tristeza que se acomoda, la misma que posa su mano buscando acompañar el ritmo contenido en el pecho, y que entregada sólo le queda el suspiro que se vuelve viento frío sobre la carne alquilada, la misma que yace en el lecho.
Vendrán los días en que estemos lejos, esos dónde me involucre con una mesera tan provincial como yo, y del estilo de las enfermeras apasionadas de Kundera.
Hará calor y entonces probablemente volveré al cigarro, la postura y un vaso de ron con tintes de amargura y tres cubos de hielo.
Podremos olvidar las traiciones y regresar el saludo, acercarnos y quizá todavía amarnos, si es que todavía estamos.
Goyette
2 comentarios:
Por una que otra situación, para algunos estupida, para mi frutrante, ando deprimida hoy y leerte fue lindo, gracias, me gusta mucho esta entrada. Fresas
Será por esa tristeza provincial de la que hablo.
Tranquila.
Publicar un comentario