31 de diciembre de 2008

Inquilinos del buró ´08


Inquilinos del buró está integrado por aquellos libros que visitaron por unos días, semanas o un poco más, mi buró izquierdo, roommates del quinqué y protectores de mis sueños; afortunadamente este año la lista es más extensa a pesar de la convulsiones sociales, las elecciones y demás acontecimientos que vivimos intensamente en este ciclo que parecía no terminar.

Presento la lista de los inquilinos, incluyendo la fecha en que terminé de leerlos, así como el nombre del autor, no incluyo la editorial, porque no quiero hacer de esto un publipost.



1.- La insoportable levedad del ser 4/I/08 Milan kundera
2.- Lituma en los Andes 13/I/08 Mario Vargas Llosa
3.- Iluminaciones 15/I/08 Arthur Rimbaud
4.-Tratado de la desesperación 28/I/08 S. Kierkegaard
5.- Luces del Norte 19/II/08 Philip Pullman
6.- Retrato del artista adolescente 4/III/08 James Joyce
7.- La Daga 11/III/08 Philip Pullman
8.- Mi último suspiro memorias de Luis Buñuel 25/III/08 Luis Buñuel
9.-Poesía-teatro-artículos 6/IV/08 Federico García Lorca
10.- Hispanoamérica en su literatura 12/IV/08 Guillermo Díaz Paja
11.- Anarcosindicalismo 24/IV/08 Rudolf Rocker
12.- La historia como ironía Ibargüengoitia como historiador 19/V/08 Juan Campesino
13.- El perro de los Baskerville 21/V/08 Arthur Conan Doyle
14.-Tratado de los tres impostores Moisés, Jesus Cristo, Mahoma 27/V/08 Anónimo clandestino XVIII
15.- Acerca de la religión 9/VI/08 Lenin
16.- Sendero en tinieblas 21/VI/08 Alberto Ulloa Bornemann
17.- El Catalejo Lacado 10/VII/08 Philip Pullman
18.- ¿Quién diablos fue Quetzalcóatl? 12/VII/08 Rius
19.- El Espejo del Monstruo 23/VII/08 Juan Ramón Biedma
20.- Romancero Gitano y poeta de Nueva York 27/VII/08 Federico García Lorca
21.- La historia me absolverá 29/VII/08 Fidel Castro
22.- Tokio Blues 22/IX/08 Haruki Murakami
23.- Comedias de Moliére 18/X/08 Moliére
Tartufo
El avaro
El misántropo
Las preciosas ridículas
24.- Estudio en Escarlata 26/X/08 Arthur Conan Doyle
25.- Confieso que he vivido-Memorias 18/XI/08 Pablo Neruda
26.- Poliantea 24/XI/08 Conde de la Cortina
27.- La raza cósmica 5/XII/08 José Vasconcelos
28.- Al sur de la frontera, al oeste del sol 15/XII/08 Haruki Murakami
29.- El paraíso perdido 28/XII/08 John Milton
30.- Relatos 28/XII/08 Arthur Conan Doyle
La caja barnizada de negro
El gran motor Brown-Pericord
El médico moreno
El cuarto de la cerradura lacada
El pectoral del pontífice judío
Escenas copiadas
El cuarto de la pesadilla



Inquilinos del buró 2008
Top 5


Ha sido muy complicado determinar los cinco libros que me han brindado mayor placer en este año, empero bajo mucho análisis, reflexión y un poco de sentimiento- siendo este el que prevaleció- he aquí mis favoritos del año.


1.- El Catalejo Lacado
2.- Tokio Blues
3.- El Espejo del Monstruo
4.- Lituma en los Andes
5.- Mi último suspiro memorias de Luis Buñuel

15 de diciembre de 2008

Niñas con máscaras

Lo que estoy por relatarles sucede en otro plano de la existencia, quizá más exquisito, amoral y sensacional, empero de una manera extraña e irregular, esta falta de convencionalismos que para algunos es bienvenida incluyéndome a mí, puede causar trastornos en la orientación básica de cualquier ser racional.

La historia que he de contarles no comienza, simplemente estaba ahí, en un tiempo indeterminado, más cercano a la era moderna, en un lugar que es difícil precisar, pero con seguridad les digo que se trata de occidente, si me preguntan por el lenguaje seguro que no se carecía de este, pero en otras dimensiones el idioma empleado, no es representativo de geografía alguna, grupo étnico o una cúpula de poder.

No me gusta ser descriptivo, y creo que esa tarea tan poco se me da bien, pero el recuerdo de lo pisado, o quizás andado, era maravilloso, todo tenía un orden excelente, lo sé, porque yo no era un mero espectador de lo que he de contarles, sino un protagonista que sufrió largas horas tirado en el suelo frío, con la muerte amenazándome por los costados; pero he de iniciar en este momento.

Éramos estudiantes, veníamos de muchos lugares distintos, no había problema con la comunicación todos hablábamos lo mismo, vivíamos en una casa asignada por el instituto, compartíamos, los deberes, la mesa y el sueño, teníamos la libertad de autodeterminarnos en nuestro entorno.

El gozo de vivir en ese espacio de tiempo, era fantástico, de día cuando había que caminar una cuantas cuadras para acercarnos a la parada del camión, que nos llevaría donde los estudios, invariablemente nos interceptaban un grupo de chicas que no habían de vivir muy lejos de dónde nosotros dormíamos, para hacernos elogios y comentarios acerca de nuestra apariencia, lo que muy absurdamente no tomábamos bien, ya que acelerábamos el paso hasta perderlas, para después de nueva cuenta enfrentar en el instituto.

Llegábamos con el corazón acelerado por el trote, cuando se abría ante nosotros el centro de lo que no sé si bien o mal puede llamarse ciudad, el cual era pequeño y bellísimo, lleno de coloridos callejones; si lo pudieran ver estarían de acuerdo conmigo en que era un enjambre de hogares y comercios, ¡vaya privilegio que teníamos al vivir tan cerca!

Nos esperaban cerca de cinco o seis camiones, yo subía junto a mis amigos, al primero de ellos, para evitar a las chicas, estas por lo regular tomaban el número tres.

Parecía que todos sabíamos y estábamos conscientes de lo que sucedía, como eran las cosas, que había que hacer, y que pronto habría de presentarse un gran horror, que yo ya adivinaba, pero desconocía.

Una vez que llegamos al instituto, yo había olvidado casi todo, no entendía que hacía ahí, ni porque tenía que estar, trataba de incorporarme al grupo de amigos, era evidente que aún en el desconocimiento me sobrevivía el sentido de pertenencia.

El tiempo se volvía angustiante, tenía memoria de algo así, de pronto, en un parpadeo la imagen que vi, me obligo primero a hincarme, para después tumbarme por completo en el suelo, tenía mucho miedo, en un instante, me sentí rodeado por tres figuras, estaban a mis costados, incitándome a que las viera, estas querían excitar a mis sentidos, para que las volteara a ver, pero yo mantenía la vista fija al suelo, sabiendo que si cedía un poco, perdería la vida.

¿Por qué demonios lo sabia? Lo que me había motivado a permanecer en el suelo, creía no saberlo, hasta que más adelante se me revelaría la verdad.

El frío del suelo se iba tornando en incertidumbre, ¿cuánto tiempo, podría estar en aquella posición? Mientras pensaba esto y me forzaba a no mirar a mi alrededor, mi cuerpo reaccionaba a la sensación de ser tocado indiscriminadamente, lo cual encendía imágenes en mi mente, que tarde que temprano me harían romper el vínculo que tenía mi pecho y boca con el suelo ya babeado.

Creo que dejé de pensar, lo cual permitió que pasara horas y horas en la misma posición sin moverme, al despertar del miedo, aquellas figuras, me alentaron a levantarme, argumentando que había resistido, y que no iba a morir.

Ingenuamente o no, me incorpore y las puede apreciar tal como eran, eran niñas, sólo niñas, saber quiénes eran me era imposible, llevaban por cabeza bustos de reyes franceses, únicamente eran tres figuras, sólo reconocí a un rey, se trataba de Luis XIV, no podía entender como aquellas preciosas figuras, de delicadas piernas y un olor maravilloso, llevaban como tocado, máscaras en forma de bustos de reyes franceses.

Lo peor y menos comprensible vendría en seguida, me dejaron que tratará de asimilar lo sucedido, una vez que quise articular palabra, una de ellas me ayudo a incorporarme y comenzó a hablar, con una voz preciosa que no iba de acuerdo a lo que veía.

-Suerte has tenido de resistir al placer, es evidente que tu resistencia fue una mera adivinación de lo que venía, sabías extrañamente que ibas a morir, pero ya no lo harás, escucha con atención porque libre aún no serás, hasta que cobres la vida de alguien más; no usarás máscara, deberás matar sin cubrir tu faz –dijo una de las niñas sin demostrar gravedad en la voz.

Entendí y no empleé palabra alguna; se fueron dos de ellas, y permaneció quién llevaba el busto del rey sol, se acerco, me abrazó, luego tomo mi mano y me dejó una daga, permaneció unos instantes frente a mí tratando de adivinar mi rostro, como si yo fuera quién llevara una máscara.

Goyette

Soles en los cerros

Me siento fluir con el río de soles a medio morir que saben a galletas, despabilándome con ron para poder quitarme las hormigas de los pies, mientras busco a un señor de bigote que me pueda indicar la ubicación del baño y que me diga que edad tengo.

Así solía ver las quemas en los cerros, entre campanas y torres, entre perros y muertos; hoy llegaremos temprano.

Goyette

14 de diciembre de 2008

Siento horror

Siento horror,
de pálida luna,
que excreta hedor,
en la hambruna

Siento temor,
con odio de Lord.

Sonrisa humillada,
esclavizada muñeca,
se ve rivalizada
desde la mueca.

Goyette

7 de diciembre de 2008

Le apetece un cigarrillo

Se ha tirado sobre la tierra bañado en ron,
le gusta la primavera y la larga cabellera.
Tiene los mismos dedos desde que nació,
no tiene perdón la mujer que lo parió.

Escupe como si se le fuera la vida en ello,
bebe para secar la impotencia
de un orgasmo quemado
con una triste ramera.


Goyette Dos Gallos

Sexto episodio de La Estepa

Los temas expuestos en el sexto episodio de La Estepa van desde las nuevas designaciones dentro del gobierno federal, los cambios políticos en Guanajuato, hasta el famoso video de webcam de la cantante mexicana, Belinda.

Escucha este podcast aquí.

3 de diciembre de 2008

Aceite, estopas y bragas

Callas, te arrastras, y te lavas el sexo, que guarda aroma al vinagre que pasivamente quema tus manos callosas, si me reventaras a mordiscos el alma, te prometería un poco de azúcar en la espalda plana, y más orgasmos fuera de la cama.

Lloras sobre aceite, estopas y las bragas marcadas de tu inocencia contenida, de tu primer fluir, de tu primer hombre, de tu posesión bienvenida.

¡Cállate con las piernas cruzando mi espalda y tu mirada encadenada a mi podrida ánima!

No quiero café, ni que uses mis camisas, sólo te quiero fuera, y el perfume degradado por la estancia.

Se me antoja el vómito, y dormir todo el día.


¿Saber de ti? Algún día.

2 de diciembre de 2008

Me siento vomitar versos

Me siento vomitar versos,
con la garganta mancillada,
todo me sabe a ocre,
no puedo tragar nada,
y me duele dar besos,
lacerado acento que te mando en sobre.

Arrancados mis silbidos por un cáncer prematuro,
voy adivinando mi futuro.
Son los hilos de respiración
los que me quedan en una canción.

Cenicero que es mi boca,
basurero de colillas y esponja,
tierra gris que ha de cubrirme
apagando en mi, muchos soles.

Goyette Dos Gallos