11 de junio de 2007

Sobre unos tacones


Es un cliché desafiante el de un ritmo divinizado por la perfección galáctica, deseos controlados por las pulsaciones jaranas que llenan al goce sudoroso de un placer encarnado en cierta timidez.

Hay que olvidar todo control emanado por la maldita perversión de la pasividad, ciertamente hay que beber cada presencia de toxina, que cubre a una bronceada piel alucinada de tres a cinco metros de playa.

Dejan de ser dedos, para nacer cuerdas nocturnas de exuberante color, sobre mi paleta de sabores nunca embarrados.

Arriesga tu perfume sobre la cama, mientras el silencio quede guardado por un tiempo mínimo, en almohada lista para ser mordida, guarda el tiempo, mínimo.

Tacones que se cimbran, con tus cantos guturales horizontalizados, cubiertos de tu piel muerta, pronto a dejar de respirar, sofocándolos en tu aplastante despedida.

Goyette Dos Gallos

1 comentario:

Anónimo dijo...

saludos desde Spainn!!