25 de junio de 2007

Me gusta el púrpura y el ron con “V”



Me gusta el púrpura, tanto que me teñiría el cabello de ese color, todavía me resisto a las corbatas, no van bien con mi cuello, intentaré probar con una gasa, o mejor me quedo con uno de mis palestinos, al fin que tengo uno rojo y otro al mero estilo de Arafat.

Ahora me río de la soberbia que anda a caballo, odio el maltrato a los animales, y esas faenas o suertes de una cuerda de opresión, tirada por gente sin corazón.

Se que faltan algunos meses para el invierno, pero ya siento venir el olor de las cañas, y como modesto suplente me bebo ese ron tan revitalizador, que por cuestiones legales usa la ” V” como indicador de victoria contundente contra un murciélago que ciega a mis compatriotas.

Goyette Dos Gallos

16 de junio de 2007

ahora

Podría ser que estoy cansado de letras luminosas, de esfuerzos agotados en uvas milagrosas, que el estadio mental se enfurece por los gritos ahogados de no poder ejecutar la obra del salvador, si, estoy muy cansado.

Goyette

11 de junio de 2007

Sobre unos tacones


Es un cliché desafiante el de un ritmo divinizado por la perfección galáctica, deseos controlados por las pulsaciones jaranas que llenan al goce sudoroso de un placer encarnado en cierta timidez.

Hay que olvidar todo control emanado por la maldita perversión de la pasividad, ciertamente hay que beber cada presencia de toxina, que cubre a una bronceada piel alucinada de tres a cinco metros de playa.

Dejan de ser dedos, para nacer cuerdas nocturnas de exuberante color, sobre mi paleta de sabores nunca embarrados.

Arriesga tu perfume sobre la cama, mientras el silencio quede guardado por un tiempo mínimo, en almohada lista para ser mordida, guarda el tiempo, mínimo.

Tacones que se cimbran, con tus cantos guturales horizontalizados, cubiertos de tu piel muerta, pronto a dejar de respirar, sofocándolos en tu aplastante despedida.

Goyette Dos Gallos

10 de junio de 2007

Arde mi labio


Todo llega a nuestro esófago, desde un diente león, hasta un comino, y a veces un ajo, todo se pierde ahí, en el ego superior de una ventana al mar, pasando por callejuelas llenas de música.

Veo el lomo de un libro verde, de hojas sucias, no amarillentas sino sucias, con migajas de décadas pasadas, y un clarín que nos dice, aquí estoy, oigan, todavía grito, si, aquí oigan, ¿me oyen? grito, grito, grito.

¿QWERT, y cuales más faltan? Otras tantas, dando millones de lamentaciones, pero con cinco me bastan, para hacerles sentir, lo que trato de gritar… ---DOLOR--- las leen, lo pueden percibir, si, son cinco, pero la experiencia es más extensa.

Arde mi labio superior, y se quema la punta de mi dedo índice, es por una planta, no tiene espinas, ni candor, pero si eso de lo que ya les hable…---DOLOR--- he ahí la sensación.

Goyette Dos Gallos