Entre el acero flexible y converso de Toledo los rostros ecuatorianos de esos niños envejecían en presencia de la catedral gótica de pesado sabor, y altísimas puertas.
La noche caía mientras ellos recordaban sus pasos en la nación del recuerdo jugando a la pelota en inclinada plaza de sus deseos, eran solamente unos cuantos, yendo y viniendo al capricho de sus disparos, de pronto un sobrio señor se atravesó en tan reñido juego y salió herido con tremendo balonazo en su faz, al instante les recogió el instrumento de su dolor, pero al igual de pronto se los devolvió, al fin y al cabo era solo chicos.
Así los chicos terminaron su juego de dos horas continuas en la fría cancha de piedras milenarias, para volver a casa; ahí les esperaba la madre sumisa por la costumbre, y el padre recién llegado unos minutos antes del pesado trabajo a las afueras de Toledo, tenían que hacer sacrificios, pero bien los valía en una tierra dónde sus hijos tendrían mejores expectativas de vida, eso creían ellos, eso les decían.
La vida del emigrante nunca es fácil, trabajan más, sufren más, igual en Puyo ya sufrían y trabajaban más, pero estaban en su hogar; ya en lejanas tierras tenían noticias de la familia una vez por mes cuando la madre con sus ahorros personales iba a la tienda de la calle siguiente a comprar una de esa cartas telefónicas internacionales.
Inevitablemente al oír que descolgaban la bocina del otro lado se le quebraba la voz, hablaba siempre con alguna de sus hermanas algunos minutos, a veces casi la hora, siempre de pie, iluminada por una luz amarillenta y pobre.
La noche caía mientras ellos recordaban sus pasos en la nación del recuerdo jugando a la pelota en inclinada plaza de sus deseos, eran solamente unos cuantos, yendo y viniendo al capricho de sus disparos, de pronto un sobrio señor se atravesó en tan reñido juego y salió herido con tremendo balonazo en su faz, al instante les recogió el instrumento de su dolor, pero al igual de pronto se los devolvió, al fin y al cabo era solo chicos.
Así los chicos terminaron su juego de dos horas continuas en la fría cancha de piedras milenarias, para volver a casa; ahí les esperaba la madre sumisa por la costumbre, y el padre recién llegado unos minutos antes del pesado trabajo a las afueras de Toledo, tenían que hacer sacrificios, pero bien los valía en una tierra dónde sus hijos tendrían mejores expectativas de vida, eso creían ellos, eso les decían.
La vida del emigrante nunca es fácil, trabajan más, sufren más, igual en Puyo ya sufrían y trabajaban más, pero estaban en su hogar; ya en lejanas tierras tenían noticias de la familia una vez por mes cuando la madre con sus ahorros personales iba a la tienda de la calle siguiente a comprar una de esa cartas telefónicas internacionales.
Inevitablemente al oír que descolgaban la bocina del otro lado se le quebraba la voz, hablaba siempre con alguna de sus hermanas algunos minutos, a veces casi la hora, siempre de pie, iluminada por una luz amarillenta y pobre.
Goyette Dos Gallos
3 comentarios:
Muy emotivas tus palabras goyette ojala ke esa chispa de poeta jamas se apague porke eres de los pokos poetas ke en sus letras puede narrar mas de 1000 historias. Continua kon tu exelente trabajo!!!
Me gusto mucho la manera de utilizar la inocencia de los niños, que viven absortos de los problemas de los adultos; y solo Viven.
Ya me imagino yo la cantidad de inmigrantes que viste por allá.
y seguro muchos de ellos no eran felices.
Como bien mencionaste, por esperanza e ilusión han dejado su tierra, pero muchas veces lo que se han encontrado en el viejo mundo no es lo esperado.
Hola poeta guerrillero!
Muito tocante e belo seu texto. Creio que as crianças são sempre invisíveis em um mundo ordenado pela adultez e sua estupidez. Tenha algo no seu texto que é lindo, pelo menos para mim, é que as crianças criam um mundo próprio para si e nele podem finalmente viver suas infâncias. Carlos, a cada nascimento o mundo é ameaçado, as crianças assustam o mundo! E você me fez lembrar disso. Belo texto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Adorei . Vou incluí-lo no meu próximo trabalho( já iniciado ) Grande beijo.
Tereza
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