Con los muslos fríos y el radio encendido se sentía morir cada tarde, encerrada en la nevera en que se convertía aquella tienda de zapatos durante el verano, ya que al anochecer tendría que regresar al infiernillo de su departamento, con montones de deberes domésticos por hacer y el cigarrillo nocturno calado con una de sus vecinas insomnes del piso de arriba.
Le pesaba más o menos la vida, tenía libros por leer, pero sin tiempo para ellos, ilusiones por doquier y muchos zapatos feos que vender. Le venía mal la temporada, nadie quiere comprar calzado a medio año y menos con esta crisis financiera, pero eso sí, jamás faltaba alguna regordeta de pies callosos que entrara y preguntará por algún modelo sólo para descansar y refrescarse un momento.
De vez en cuando recibe la llamada de quizá su única amiga (amistad adquirida cuando todavía cursaba la prepa abierta durante dos horas diarias y que se consagraría a los pocos meses en un concierto de La Academia), la cual la insta a salir con ella y su novio, pasando invariablemente por ella a eso de los ocho y media, para alcanzar alguna promoción de jueves, se toman las cervezas que alcanzan, y con la cuenta justa se van.
A los pocos minutos ya están dejando a Gisselle en la entrada del edificio, a esa hora en que sólo viven los taxis entre semana y se levanta Don Gustavo de su apacible sueño de portero, para que Brenda respondiendo a su primer nombre, no falle a ese ritual que la lleva a quemar un sol diminuto entre labios compartidos con Rubí, su vecinita de arriba.
Goyette
15 comentarios:
oh, Brenda Giselle!! haces que recuerde aquellos días.
ah, como es usted, don Goyette!!!
saludos
Bien logrado, mi Goyette.
Muna:
Uf, Brenda Giselle, es una mujer como muchas otras, espero siga el transcurso de su historia.
Un abrazo para usted.
Julian-tla:
Gracias por tus palabras, la paciencia y la amistad.
Un abrazo limpio.
Cuándo subes la segunda parte? Me intriga saber cómo terminarás.
Fresas Goyette
Se ha perdido mi comentario :-(
Decìa que siempre esos ribetes de melancolìa reversible, decìa que siempre es un placer volver a tu sitio aunque con paso lento y silencioso, es un placer amigo.
Besos y abrazos fraternos.
Se ha perdido mi comentario :-(
Decìa que siempre esos ribetes de melancolìa reversible, decìa que siempre es un placer volver a tu sitio aunque con paso lento y silencioso, es un placer amigo.
Besos y abrazos fraternos.
Uma querida:
Nos quedamos con nosotros mismos.
Nos bastamos, a veces.
Mi abrazo.
Por algún extraño motivo, he venido a parar acá. Y me queda la sensación de querer saber más de esta hitoria. Espero pronto pueda ser.
La historia continúa en los demás posts con la etiqueta de Brenda Gisselle.
Gracias por estar aquí, saludos.
Me he leído ya todas las etiquetas. Felicidades.
¿ Cuál es tu identidad, de dónde me visitas?
Soy Shary de Chiwas. Te dire, anonimo porque olvide mi cuenta de google!!!!!, jaja de no creerse. Mi padre tenía una zapatería, y yo desde niña queria llamarme Rubí,(tal vez por mi afición al color rojo desde pequeña) sin tener nada que ver con la Rubí de tu historia. Ves ahora por qué me llamó tanto la atención tu historia?
Suerte y espero seguir leyendote mas.
Hola Shary, te prometo que en ésta semana sale un nuevo post de Brenda Gisselle.
Saludos y un abrazo.
No creas que no estoy al tanto. Sigo esperando. Sin presiones, claro.
Gracias por tomar en cuenta mis comentarios.
También un abrazo heladísimo para ti.
Publicar un comentario