9 de enero de 2007

Robo de indigente

Es raro que me interese la materia Penal, ya que en mí existe cierta repulsión a estudiar esta rama del derecho que creo es bastante sucia; pero me encontré con un tema, o tal vez él me encontró a mí en esta tarde, cuando hojeaba uno de mis libros de la carrera, el cuál desde que termine con esa materia no había ni siquiera tocado desde entonces; la Teoría del Delito de Eduardo López Betancourt.

Revisando el índice un inciso de cierta unidad llamo toda mi atención “Robo de Indigente”; como todo lo que implica leyes es realmente aburrido, tedioso y sólo satisface a los sumergidos en el derecho, sólo transcribo lo que me parece realmente humano y que nos concierne a todos:

Grocio decía que originalmente todos los bienes eran comunes a los hombres; el acaparamiento de los bienes de los individuos, tiene como límite el derecho natural a que se permita la subsistencia de los demás hombres, de manera que cuando el acaparamiento llega al punto de que algún individuo se encuentra desposeído de todo, tiene el derecho de tomar lo que necesita de los bienes de los demás.

Así lo consideraba Grocio, y otros autores lo veían o consideraban como un hurto pero en estado de necesidad, y como la vida de un ser humano está sobre todas las cosas, aún sobre los bienes materiales, es preferible que este hurto se de para alimentarse o vestirse a poseer un bien.

Los franceses consideraban que el hambre y la miseria eran atenuantes del delito, pero para una sociedad moderna es inmoral castigar o tipificar tal conducta como lo es el robo indigente, siendo que el mismo cauce de la sociedad ha creado este sistema de miseria y pobreza.

¡Y este es el mundo libre!

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