30 de diciembre de 2006

Liberarme

Quiero abrirme para dejar que la sangre fluya al exterior, y entonces así poder correrme con ella hasta salir de mí y liberarme.

Goyette Dos Gallos

22-III-05

22 de diciembre de 2006

A los Gallos

¡Sentí frío teniendo calor!





Eso fue en el pasado.



Esto a mis cuatro gallos,
con cariño especial,
agradecimiento eterno,
y la ilusión de que
permanezca en el espíritu
de cada uno de nosotros.

Viene del amor fraternal
por cada uno de mis compañeros
en esta vida.

Sencillamente sin ustedes, nada,
nada importaría.

Mi amor para ustedes.

21 de diciembre de 2006

El vigilante

Con sesenta y dos años encima Don Erasmo ya no esperaba sorpresas de la vida, su rutina transcurría como carga maldita de los olvidados.

Había tomado desde hace dos semanas el último empleo disponible para una persona de su condición, vaya que había cargado con la pestilencia de la discriminación tiempo atrás.

No le vivían hijos ni mujer, apenas 4 años antes encontró a Mercedes su esposa en una fría mañana asfixiada con los humos del anafre, el creía que no sólo eso la mato sino que también ella se dejo desprender de este tránsito mundano porque no soportaba mas vivir en pobreza.

Iba recorriendo los pasillos en frío del almacén de pinturas vinílicas que era enteramente suyo durante las noches, se hacía acompañar durante sus caminatas por una lámpara y un gastado garrote con los que los gendarmes golpean a las mujeres en plazas de represión.

Una vez realizado sus cuatro recorridos nocturnos, se rendía ante una silla que había sido de muchos vigilantes antes y que estaba soldada mas por la imaginación de ellos que por el trabajo de un soldador.

Salía al patio central, entre camiones y algo de aceite derramado se fumaba uno que otro cigarrillo, exhalaba profundo y volteaba hacia el gran farol celestial, inspiración de miles de eruditos, poetas, músicos y de Don Erasmo.

Ya no estaba tan solo.

16 de diciembre de 2006

Sólo te sientes arder


Vamos recorriendo emociones en páramo de soledades; a veces pareciera que lo que alcanzamos después de un tiempo es tan insignificante a pesar del esfuerzo concentrado en una empresa de tal índole e importancia que devora nuestra existencia.

En una tarde lo somos todo, nada más importa el suspiro de quién en verdad te ama en parque oculto, pequeño y provincial.

Deseos que has guardado durante toda tu vida, hasta que una noche acostado en el lecho te sientes arder, como si estuvieras constituido por miles de diminutos volcanes que hacen erupción al estallar la imagen de esa persona en el pensamiento.

Ya no puedes más, tu anhelo diario de encontrarla, de compartir tu vida junto a ella es la única razón por la que permaneces ahí, absorto, distante, mudo y eterno.

Sal que no se desprende de tus labios para compartirle las emociones que ella te provoca en cada instante, pestañeo y mensaje de su cuerpo.

Sólo te sientes arder hasta que la vuelves a ver.

6 de diciembre de 2006

Puyo

Entre el acero flexible y converso de Toledo los rostros ecuatorianos de esos niños envejecían en presencia de la catedral gótica de pesado sabor, y altísimas puertas.

La noche caía mientras ellos recordaban sus pasos en la nación del recuerdo jugando a la pelota en inclinada plaza de sus deseos, eran solamente unos cuantos, yendo y viniendo al capricho de sus disparos, de pronto un sobrio señor se atravesó en tan reñido juego y salió herido con tremendo balonazo en su faz, al instante les recogió el instrumento de su dolor, pero al igual de pronto se los devolvió, al fin y al cabo era solo chicos.

Así los chicos terminaron su juego de dos horas continuas en la fría cancha de piedras milenarias, para volver a casa; ahí les esperaba la madre sumisa por la costumbre, y el padre recién llegado unos minutos antes del pesado trabajo a las afueras de Toledo, tenían que hacer sacrificios, pero bien los valía en una tierra dónde sus hijos tendrían mejores expectativas de vida, eso creían ellos, eso les decían.

La vida del emigrante nunca es fácil, trabajan más, sufren más, igual en Puyo ya sufrían y trabajaban más, pero estaban en su hogar; ya en lejanas tierras tenían noticias de la familia una vez por mes cuando la madre con sus ahorros personales iba a la tienda de la calle siguiente a comprar una de esa cartas telefónicas internacionales.

Inevitablemente al oír que descolgaban la bocina del otro lado se le quebraba la voz, hablaba siempre con alguna de sus hermanas algunos minutos, a veces casi la hora, siempre de pie, iluminada por una luz amarillenta y pobre.

Goyette Dos Gallos

1 de diciembre de 2006

Colaboración en Remolinos

Segunda colaboración en una revista en línea de corte literario, ahora se colaboró en Remolinos, en su edición número 18.

En esta ocasión los poemas publicados son:

Politiké

El pueblo que es mi cuello

Grito de polvo

Esta selección de poemas son de corte político, dándole voz a los sin voz y es al igual un reclamo a la guerra en medio oriente contenido en Grito de polvo.

Además de la poesía, la revista publica un formato de entrevista la cual conteste y puede ser leída aquí.

Saludos fraternales.