11 de mayo de 2011

Esa carta que nunca llegó

Lo había escrito en una carta que nunca llegó, en serio nunca llegó, lo escribo una vez, y lo guardo meses, hasta desencadenarlo otra vez.

Ese día con ánimo salí, y juro que olía a Montréal, es cierto, la vista, el tacto, todo puede mentir, pero la nariz no.

De nuevo pasé por aquél árbol de los sueños zumbantes, ya sus inquilinos se habían marchado o muerto con el aguijón postrado en un rostro infantil.

Quedaban los recuerdos de una simpatía mutua, pero también la tinta en las hojas se cansa, ya no es lo mismo, lo bueno es, que esa carta nunca llegó.


@dosgallos

5 comentarios:

Julia dijo...

La tinta se cansa y los monstruos que vagan por el mundo se comen el color de la vida.

No dejemos que nos coman. Nos obligan a acorazarnos pero esa no es la solución.

Carlos Gregorio dijo...

Necesitaba tiempo contigo, para evitar se tragados por la tinta de lejos.

Anónimo dijo...

"ÁRBOL DE LOS SUEÑOS ZUMBANTES"
DON GOYETTE, POR ESO SE RETRASÓ LA CARTA QUE NO LLEGÓ.

UN GUSTO LEERTE, SIGUE ESCRIBIENDO.


G

Anónimo dijo...

ARBOL DE SUEÑOS ZUMBANTES
QUE RETRASA LOS RECUERDOS Y LAS CARTAS.

UN GUSTO LEERTE DON GOYETTE, SIGUE ESCRIBIENDO.

G

Carlos Gregorio dijo...

Es muy grato el saberte presente.

Mi abrazo con muchas ganas.

No te olvides.