26 de marzo de 2006

Abertzale 1


Va corriendo mientras los zapatos se le ensucian a cada paso, es el desierto, le duele el camino, las piedras entran en su zapato de vestir, como quisiera tener unos deportivos.

El sabor que consigue de repasar sus labios con la lengua es el de la tierra fría, aullidos y sangre en el antebrazo, de repente lo sorprende una camioneta americana con las luces.

El ruido del claxon junto con las luces del vehículo hace inevitablemente que caiga desorientado al suelo.

Consigue escupir un poco antes de perder la conciencia.

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