26 de abril de 2006

Ciudadanos del mundo

Al vivir en el extranjero, o al visitar un país te das cuenta que eres capaz de hacer muchas cosas que no creías poder hacer, conoces muchas realidades, te das cuenta que puedes convivir con cualquier persona, que desaparecen etiquetas sociales.

La paz es posible si nosotros, los ciudadanos del mundo dirigiéramos nuestros destinos.
El capital, y las grandes religiones lo impiden, no les conviene un mundo en paz, ¡qué vergüenza!

Seamos ciudadanos del mundo.

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14 de abril de 2006

Abertzale 3


Ahí estaba despabilándose del sueño profundo en el que había caído después del encuentro con la camioneta de la clínica de salud mental.

Aún no tiene ni la menor idea del porque se encontraba en tal situación.

Marz Ezquerra, era un nacionalista Vasco, que había salido abruptamente del país por sospecharse su militancia en ETA, claro que existía cierta simpatía con el movimiento de liberación de Euskadi, pero estaba lejos de militar en ella.

Era un estudioso en Literatura, periodismo, y ciencias políticas, sin embargo siempre estuvo al margen de la participación activa dentro de cualquier movimiento, bueno eso creía de él antes de que se encontraran en su departamento algunos documentos que detallaban muy bien una operación de atentado en dos ciudades europeas simultáneamente.

Fue por eso que tuvo que huir a México, y ahora se encuentra temblando de frío viendo la luna en todo su esplendor desde el patio de un manicomio en Parral, Chihuahua.

3 de abril de 2006

Abertzale 2


De pronto despertó desconcertado sobre una plancha metálica dentro de una pequeña habitación sucia y con poca iluminación, se dio cuenta que no traía puesto más que unos pantalones azules rasgados y tenía unas cuantas heridas en uno de sus antebrazos.

Una vez que se percato de su situación trato de levantarse de aquella fría plancha con éxito y para su asombro al poner un pie en el suelo sintió un tibio charco de sangre que se extendía por toda la habitación.

De repente oyó unos pasos que se aproximaban, pero estos se fueron de largo, por fin tuvo la calma de revisar su cuerpo, le hacía falta su cartera y su anillo de matrimonio, así como su reloj.

Aún sin contar con estos artículos decidió salir de ahí, lo más silenciosamente posible, al hacerlo vio que la luna se encontraba con un hermoso color ámbar en todo su esplendor.

Inmediatamente se dio cuenta, vaya, ahora si que sabía dónde estaba, ni más ni menos que dentro de un manicomio, ¿Pero en dónde diablos?...